Son dos grandes proyectos de jugadoras. Son dos chicas que, pese a que por su edad aún forman parte del Circuito de Menores, por su innegable talento ya comienzan a dejarse ver en las pruebas de ‘mayores’. Sin miedos, sin complejos y con una gran complicidad tanto dentro como fuera de la pista, las Mellizas Priscila y Eunice Rodríguez siguen creciendo a pasos agigantados y demostrando que, con ganas y con tesón, todos los sueños son alcanzables.
Trabajadoras, muy constantes y con las ideas muy claras, lo cierto es que durante esta temporada el crecimiento experimentado en su juego ha sido espectacular. Priscila nos contó: «Desde que nos fuimos a vivir con José Solano tuvimos un antes y un después en el Circuito de Menores». En ese sentido, Eunice añadió: «Una vez que empezamos a competir en los ABS nos dimos cuenta de que ya estábamos entre las jugadoras adultas y que eso tendría que llevarnos a lo más alto».
En fechas recientes, han hecho sus primeros pinitos en el Circuito Profesional y han participado en las Previas del Sardegna Open. Para Priscila: «Fue una de esas experiencias inolvidables. Sin esperarlo, participamos en nuestro primer torneo del Circuito WPT. Lo decidimos todo en cuestión de días y, al saber que tendríamos que hacernos el PCR no pusimos ni medio problema… ¡¡Lo que haga falta por cumplir ese sueño!! Como el avión era muy caro, mi padre nos propuso ir en barco y le dijimos que como si teníamos que ir nadando. Así que mi padre se puso a calcular los costes y, de pronto, mi madre comenzó a buscar patrocinadores por todos lados. La escuché decir que si no iba al primer WPT de sus hijas siempre le iba a quedar esa espinita clavada. La sorpresa fue recibir el apoyo económico de Cartri, del Club La Volea y de Biopadel, que se sumó como nuevo patrocinador. Gracias a ello pudimos viajar los cuatro a Cerdeña».
Sobre el torneo en sí, Eunice explicó: «Fue algo impresionante. No nos habríamos podido imaginar que íbamos a estrenar la Pista Central montada en peno Mirador de Cerdeña. Nos llevaron en el Coche Oficial y a las dos nos temblaban las rodillas. Era todo muy profesional. No podíamos evitar reírnos cuando veíamos que un chico de nuestra edad nos ponía una sombrilla cada vez que nos sentábamos a descansar en los cambios de juego. Por otro lado, el Juez cambiaba a bolas nuevas cada seis juegos. La verdad es que fueron muchas sensaciones nuevas, quizás demasiadas como para digerirlas con sólo 16 años y jugando las dos como pareja. Muchas veces vemos que lo normal es que alguien tan joven juegue con un compañero mayor, que ya tiene puntos acumulados. Nos hace muy felices el hecho de que entramos en la prueba por méritos propios, sin pedir una Wild Card… Lo hicimos por el hecho de estar entre las 25 primeras duplas del ABS de Andalucía… ¡¡Toma ya!! Haber estado en el Sardegna Open es como llegar y tocar el cielo aunque, para nosotras, esto es el principio. Ahora hay que trabajar para sumar más».
Como no podía ser de otra manera, el hecho de afrontar su primera prueba del Circuito Profesional: «Nos hizo sentir nervios. La verdad es que creo que el partido que jugamos teníamos nivel para ganarlo… De hecho, llegamos al tercer set y lo perdimos por dos juegos. La experiencia nos ha venido bien para saber que tenemos que cambiar esos nervios por la sensación de disfrutar«. Al igual que su hermana, Eunice destacó: «Es lo que queríamos y, poco a poco, vamos estando más cerca de consolidarlo. Ahora, el objetivo es subir nuestro Ranking en el ABS Andaluz para, de esa manera, coger el pulso de jugadoras de alto nivel».
Sea como sea, el futuro de nuestras mellizas pasa por el pádel. Sin dudarlo ni un segundo, Priscila aseguró: «Por supuesto que sí. De este deporte no nos saca ni Dios. Es nuestra vida«. Eunice añadió: «Ahora estudiaremos 4 años hasta hacer un Grado Superior para tener un Plan B en la empresa familiar. Pero, por suerte, contamos con el apoyo de nuestros padres, que nos animan a que desarrollemos nuestra Carrera Deportiva y, por detrás, estará la empresa familiar».
Aunque vayan creciendo, hay algo que no cambia… Y es que su padre les sigue llevando el famoso plátano después de cada partido: «Ufff, platanito… ¡¡Qué de potasio, madre mía!! Y si no es eso, azúcar para levantarnos. Ya sabemos que eso es sí o sí, por lo que hemos aprendido a no discutir… ¿¿Para qué?? Jajaja».
Pero, en esta familia, aún hay una pieza más que se ha nombrado en varias ocasiones y que aún tenemos que conocer más de cerca… Nos referimos a Nayara, la hermana mayor de nuestras Mellis y su Coach en los torneos… ¡¡Quién seguro que tendrá cosas muy interesantes que contarnos!!
Así es Cartri… Make your way!!!
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