Comenzamos esta andadura con las lesiones musculares, ya que son las que con mayor frecuencia se producen, tanto en el pádel como en otros deportes. Suelen ser de carácter leve, pero una recuperación inadecuada o una reincorporación precoz a las pistas, puede provocar una recaída, que a veces, suele ser más perjudicial a largo plazo.
El mecanismo de producción de estas lesiones es sencillo y suele afectar a vientres musculares que suelen cumplir varias características:
– Muy potentes: formados por fibras musculares tipo 2 de acción explosiva y rápida.
– Contracción excéntrica: se contraen cuando se alargan.
– Biarticulares: origen e inserción en 2 articulaciones diferentes.
Esto forma un cóctel explosivo que desemboca en una lesión, que coloquialmente en el mundo del deporte se generaliza como ‘Rotura Fibrilar’, pero que luego veremos que pueden ser de diferentes tipos.
Existen unos factores predisponentes para la aparición de este tipo de lesiones:
No Modificables: factores genéticos, edad, falta de flexibilidad o existencia de lesiones previas, pueden predisponer a estas lesiones.
Modificables: todos aquellos que tienen que ver con los hábitos de vida como una mala alimentación (conlleva sobrepeso), falta de sueño o deshidratación, pueden ser el desencadenante de una lesión. También una mala dosificación del ejercicio, una mala técnica en los movimientos de golpeo o un material deportivo inadecuado pueden originar lesiones.
Tipos:
Contusiones Musculares: muy frecuentes en el padel tras un choque con el cristal o bien con la misma pala en un movimiento brusco. Pueden manifestarse como un gran edema o hematoma importante.
Síndrome doloroso muscular de aparición tardía (DOMS): dolor muscula importante coloquialmente llamadas «agujetas» que suele aparecer a las 12-24 horas posteriores a un esfuerzo intenso, tras un torneos o periodos de inactividad por ejemplo, y desaparece en unos 5 días aproximadamente. Hay varias teorías que intentan explicarlo, la más aceptada sería una tensión mecánica mantenida con microrroturas, aunque siempre se ha intentado explicar por la falta de oxígeno y acumulación de cristales de ácido láctico.
Distensión o Rotura Muscular: se clasifican en 3 grados:
1. Grado 1 – Leve: Distensión muscular o elongación muscular, lesión microscópica que genera una mínima hemorragia y rápida recuperación.
2. Grado 2 – Moderada: Rotura Fibrilar, rotura parcial con hemorragia significativa y repercusión funcional considerable.
3. Grado 3 – Severa: Rotura Muscular, rotura completa con hemorragia considerable visible, tumefacción y posible discontinuidad a la palpación. Si se produce en la unión miotendinosa puede provocar una desinserción del músculo (avulsión) siendo de mayor gravedad.
Anamnesis:
Habría que preguntarle al deportista sobre varias cuestiones:
1. Carga de actividad física: cuántas horas de pádel dedica a la semana y qué intensidad.
2. Mecanismo de la lesión: sprint o arrancada, cambio de ritmo, cambio de dirección, estiramiento o choque con contusión.
3. Momento de la lesión: entrenamiento, calentamiento, partido aislado o torneo decompetición.
4. Sensaciones del jugador: síntomas inmediatos o diferidos, mejoran o empeoran con el paso del tiempo, alivian o agravan con el ejercicio, intensidad y duración del mismo.
Síntomas:
El síntoma por excelencia es el dolor tras un gesto o movimiento concreto, descrito por el jugador como una «pedrada», como si fuera un desgarro. Inmediatamente después aparecerá un hinchazón importante con impotencia funcional y debilidad muscular. El hematoma suele ser algo más diferido y suele manifestarse como equimosis o ‘hemorragia en sábana’, de aspecto visible y muy llamativo tras la rotura de la fibra muscular. Una rotura en su grado extremo provoca el «signo del hachazo» que consiste en una discontinuidad del músculo en la palpación.
Diagnóstico:
La exploración clínica suele arrojar mucha información del tipo de lesión que nos encontramo. Ya hemos comentado que la aparicón de hematoma, equimosis, defecto de continuidad del músculo, impotencia funcional, rango de movilidad nos hace sospechar que tenemos y podemos descartar complicaciones como el síndrome compartimental agudo con la toma de pulso y la sensibilidad periférica. Pero laa certeza y alcance de la lesión nos la dan las pruebas de imagen:
Ecografía: recomendable a las 48 horas de la lesión ya que a veces una gran inflamación puede distorsionar la imagen. Es una prueba barata y efectiva.
Resonancia Magnética: es la prueba más exacta ya que determina la localización y extensión exacta de la lesión. Es una prueba cara y muy efectiva.
Tratamiento:
En cuanto al TRATAMIENTO CONSERVADOR podemos dividirlo en varias fases:
a) INICIAL (0-3 días) → Su objetivo es disminuir el dolor con analgesia y evitar que el daño vaya a más, por lo que se indica Reposo.
b) REHABILITACIÓN PRECOZ (3-7 días) → Su objetivo es recuperar la movilidad del músculo dañado, por lo que se recomiendan movimientos sin dolor, estiramientos activos y pasivos sin dolor, ejercicios isométricos sin dolor. Se complementa con calor local y hay que evitar la inmovilización y el masaje en esta etapa.
c) REHABILITACIÓN TARDÍA (>7 días) → Su objetivo es facilitar la vuelta a la actividad deportiva, por lo ejercitaremos la musculatura de forma progresiva con masaje, electroterapia, termoterapia y reeducación muscular para el retorno a las pistas (estiramientos, tonificación muscular, gestos técnicos con la pala).
En cuanto al TRATAMIENTO INTERVENCIONISTA pasa desde la punción del hematoma bajo control ecográfico (grandes hematomas que no se reabsorben) hasta el tratamiento quirúrgico (síndrome compartimental agudo o avulsiones importantes).
Algunas tendencias recomiendan el uso del Plasma Rico en Plaquetas (PRP) como tratamiento coadyuvante. Se obtiene a partir de sangre del propio deportista y se compone de suero, plaquetas, leucocitos y factores de crecimiento. Podría acelerar la recuperación de este tipo de lesiones, siempre y cuando, se acompañe del resto detratamientos.
Prevención:
Debemos incidir en la Fisioterapia Preventiva, ya que descargará la musculatura de forma correcta para la vuelta a las pistas. Aunque lo repetiremos en próximos capítulos, es básico los siguientes 3 buenos consejos:
CALENTAR: Toma 5-10 minutos para calentar antes de los partidos o entrenamientos, es vital para tu rendimiento posterior. Trotar por la pista, hacer desplazamientos laterales o pequeñas arrancadas, intentando movilizar toda la musculatura corporal.
INTENSIFICAR: Ejecuta los movimientos con la pala siempre de menos a más, cada vez con mayor intensidad para que tu musculatura se adapte. No intentes hacer los movimientos de mayor intensidad en un inicio para probarte, dale su tiempo de adaptación y conseguirás un mejor resultado sin llegar a lesionarte.
ESTIRAR: Igual de importante o más que el primer paso, hay que recuperar el músculo y eso parte de una buena flexibilidad del mismo. Sigue un orden en los distintos grupos musculares y dedícale su tiempo a cada uno de ellos, puede llevarte unos 15-30 minutos, pero será siempre el inicio de tu próximo partido libre de lesiones.
Además podemos complementar con algunas otras medidas:
Hidratación: 2 litros de agua diarios, más el consumo en los entrenamientos.
Crioterapia: tras el ejercicio podemos aplicar frío local en la zona de sobrecargas musculares y masaje / baños con hielo durante 5 minutos.
Emplastes: crema antiinflamatoria con film alrededor durante el sueño nocturno.
Fortalecimiento de grupos musculares: existen múltiples tablas de ejercicios de fortalecimiento que se pueden consultar online o si acudes a un gimnasio no dudes en consultarle a los profesionales cualificados como entrenadores personales.
CARTRI – Make your way!
DR. FRANCISCO JOSÉ GARCÍA RUIZ
Especialista en Medicina del Trabajo
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